Hemos convivido con ellos cientos de miles de años, de hecho estaban en este planeta millones de años antes que nosotros (365 millones vs 200k años), pero ¿qué beneficios nos pueden aportar a las personas los bosques?
Lo primero que nos tenemos que dar cuenta es que nosotros como animales pertenecemos a la naturaleza, por lo que el respeto, el cuidado y la conservación de la biodiversidad generalmente va a favor de nuestra biología.
1. Suavizan el clima regulando la temperatura y la humedad: ofrecen sombra en verano, retienen humedad en el terreno, protegen del viento...
2. Limpian el aire, además de transforman el CO2 en oxígeno. Los árboles y las plantas son auténticos purificadores del aire vivos reduciendo NO2, CO, O3, formaldehído, benceno, xileno, tricloroetileno entre otros, tal y como descubrió un estudio de la NASA que buscaban formas de limpiar el aire en 1986.
3. Favorecen la biodiversidadd permitiendo la vida a cantidad de animales e insectos (polinización) dándoles alimento y alojamiento.
4. Evitan la erosión del terreno reteniéndolo con sus raices a la vez que ralentizando y absorbiendo la lluvia, evitando que episodios de fuertes tormentas resulten destructivas, a la vez que favoreciendo la riqueza de nutrientes del suelo en un ciclo sin fin.
5. Tienen un efecto relajante en el sistema nervioso de las personas: hay muchos estudios que han probado los efectos relajantes del color verde, pero además sus sonidos, su sutil movimiento... resulta tan relajante que ya se habla de los efectos curativos de los "baños de bosque". Observar la VIDA que ocurre dentro de ellos nos recuerda que ese es el ritmo de la vida y no nuestras rutinas ajetreadas en pueblos y ciudades.
Y para acabar, dos reflexiones:
1 ¿Qué ocurre cuando urbanizamos creando ciudades que que son puros desiertos de asfalto y hormigón?
2. La fuerza de regeneración de la naturaleza es enorme pero es mucho más lenta que nuestras vidas. Las toxinas ambientales sintéticas derivadas de la actividad humana, a miles de años vista desaparecerán, pero pueden persistir fácilmente 50 o 100 años perjudicando sobretodo a nuestra generación y futuras.
Texto: ArquiNatura
Imagen: ArquiNatura
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