¿Te levantas cansada/o?
¿Te despiertas antes que el despertador?
¿Tienes más sueño a las 10 de la mañana que a las 23h de la noche?
¡Este es tu post!
La componente azul de la luz artificial, es una de las causas más frecuentes de insomnio en la actualidad. ¿Por qué?
Durante miles de años, nuestro cuerpo se ha adaptado al medio y a los ciclos de la naturaleza día-noche: el sol sale y se pone tenue y anaranjado, mientras que a mediodía es el momento de luz más fría y de mayor intensidad (con mayor componente azul).
Tus ojos son capaces de percibir la intensidad y temperatura de la luz, y es el núcleo supraquiasmático en el cerebro quien interpreta estos datos y manda la señal al sistema nervioso central. Con esta información, el SNC regulará las funciones de los órganos y las glándulas endoncrinas: por ejemplo en ausencia de luz, se reduce el cortisol (hormona del estrés) y se aumenta la melatonina (hormona del sueño), el sisterma glinfático ejecuta tareas de desintoxicación del cerebro, del hígado, el corazón baja de pulsaciones y todo tu cuerpo descansa para que tenga lugar la reparación celular.
Y... ¿qué ocurre si son las 23h y tienes delante de tus ojos una fuente de luz intensa con componente azul?
Se cortan o se disminuyen todas esas funciones y se confunde todo el sistema durante varias horas. Y eso es exactamente lo que ocurre cuando te pones a buscar cualquier cosa con el móvil por la noche.¡Por cierto! El modo noche del móvil (que amarillea la pantalla), reduce la componente azul, pero no la elimina y las gafas de óptica con filtro de luz azul, si tienen los cristales transparentes, filtran menos del 10% de la luz azul.
Una solución sencilla es a partir de las 21h evitar en la medida de lo posible las pantallas y utilizar para iluminación nocturna luz tenue y cálida.
¿Son ahora más de las 21h? Venga, deja de mirar el móvil, desempolva algún libro, apaga todas las luces que puedas y... ¡buenas noches!
Texto: ArquiNatura
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