El parket sintético, suelo laminado, AC5… así como los suelos vinílicos son muy comunes en nuestro país por su coste y resistencia. Hoy te vengo a hablar de los inconvenientes que tienen en general, veamos las 5 principales razones por las que no es una opción:
1. Su superficie no es de madera realmente, sino de PVC impreso y texturizado que imita madera. El PVC es considerado un veneno medioambiental por ser el plástico más contaminante por todos los compuestos organoclorados, subproductos y vertidos que se generan en su fabricación.
Su escaso reciclaje consiste en el mejor de los casos en hacer virutas y volver a aglomerarlas con pegamentos (veremos este inconveniente en otro punto) o en quemarlo para producir energía (con la cantidad de humos tóxicos que desprende en su incineración).
2. En toda su vida útil emana ftalatos al aire (disruptores endocrinos, tal y como reivindica el doctor Nicolás Olea desde hace años).
3. Bajo la superficie de PVC suele haber una pasta de polvo de madera (MDF o HDF) con una alta proporción de aglomerante o pegamento (a base formaldehído, sustancia reconocida como carcinógena por el IARC, organismo independiente de la OMS que estudia el cáncer).
4. En caso de incendio ni te preocupes del CO2 porque lo que es realmente peligroso son los humos tóxicos que emanan estos suelos.
5. Retienen mucha electricidad estática pudiendo incluso provocar pequeños chispazos a los usuarios.
En resumen: en su fabricación contamina, en su vida útil TE contamina, y en su deshecho contamina.
Si quieres un suelo resistente puedes utilizar baldosas cerámicas porcelánicas o gres y si quieres un suelo cálido existen opciones económicas, muy bellas y bastante resistentes en bambú o madera, que añaden un valor enorme a la vivienda. En este caso es importante que tengan certificación FSC o PEFC para saber que se gestionan de forma responsable los bosques o conocer al productor. La madera proveniente de países del tercer mundo suele tener una gestión menos consciente y es a menudo culpable de la deforestación.
Deberíamos reflexionar para qué queremos suelos indestructibles si la mayoría vuelve a hacer reformas a los 15-20 años. A menudo se ahorra en la partida de pavimento para luego gastar en cosas muy superfluas.
Texto: ArquiNatura
Imagen: ArquiNatura
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